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COLUMNISTA / OPINIÓN

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Eduardo Miranda
@EduardoMiranda
eduardo@codigoinformativo.com

La agonía del deporte a causa de una política improductiva en el Perú

En el campo del deporte, el Perú tropieza entre promesas incumplidas y oportunidades desperdiciadas. La situación actual del deporte nacional refleja una deficiente política deportiva que ha dejado al país rezagado, incapaz de alcanzar su potencial en disciplinas e incluso ha retrocedido en múltiples de las mismas que podrían ser fuente de orgullo y progreso.

El bajo presupuesto destinado al deporte, la falta de infraestructura adecuada y la escasa atención a la formación de talentos son solo algunos de los problemas que han lastrado el desarrollo deportivo en el país. Esta carencia de inversión se traduce en oportunidades perdidas para los jóvenes deportistas, quienes a menudo carecen de los recursos necesarios para entrenar y competir a nivel nacional e internacional.

La ausencia de una visión a largo plazo en el ámbito deportivo también es evidente. La improvisación y los cambios constantes en las estrategias eliminan cualquier posibilidad de continuidad y crecimiento sostenible en el sector. Se requiere un compromiso serio y consistente por parte de las autoridades para impulsar el deporte desde las bases, fomentando la práctica desde edades tempranas y garantizando el apoyo a los atletas en todas las etapas de su carrera.

Además, la corrupción y la falta de transparencia en la gestión deportiva han minado la confianza en las instituciones encargadas de promover y desarrollar el deporte en el país. Los escándalos de malversación de fondos y el clientelismo han socavado los esfuerzos por mejorar las condiciones para los deportistas y han alimentado la desilusión en una población ávida de logros deportivos.

Existe un evidente sesgo deportivo en el Perú que desemboca en la poca visibilidad de las diferentes disciplinas. La casi nula difusión de los deportes genera una limitada participación por parte de los ciudadanos, así como, un limitado o hasta inexistente apoyo hacia dichas disciplinas. Tal parece ser que el ciudadano promedio solo conoce el fútbol, que es publicitado hasta más no poder.

Pero el fútbol no solo se promueve por ser un deporte fácil de practicar. Detrás de ello existe un interés económico que mueve incluso a las más grandes empresas a apostar por dicho deporte. Las ganancias y demás beneficios que se pueden obtener a partir de dicha disciplina deportiva enloquecen a las grandes marcas. Al parecer el deporte es un negocio más dentro del corrupto sistema político de nuestro país.

Sin embargo, el talento peruano sale a la luz no solo en el fútbol sino también en diversos deportes. Ya se ha demostrado que el deportista marca Perú tiene las facultades de ser competitivo internacionalmente. Por ello, se requiere una política deportiva integral que priorice la inversión en infraestructura, el apoyo a los deportistas de todas las edades y la transparencia en la gestión de los recursos destinados al deporte.

Es hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto y se comprometan verdaderamente con el desarrollo deportivo del país. La inversión en el deporte no solo promueve la salud y el bienestar de la población, sino que también puede ser un motor de cambio social y un medio para proyectar una imagen positiva de la nación a nivel internacional.

El Perú necesita un cambio de mentalidad. Muchas veces el deporte es visto simplemente como un pasatiempo sin mayor trascendencia. El ciudadano peruano está en la obligación de asimilar el deporte como una cultura, un modo de vida, una forma de superarse y ser mejor cada día. Cuando se comprenda dicho concepto, empezaremos a notar grandes cambios en las diferentes esferas sociales.

Dicho cambio de mentalidad debería comenzar a ser promovido desde las aulas de las escuelas y colegios. Es de vital importancia cultivar el deporte en las generaciones más jóvenes, impulsar incluso una línea de carrera profesional deportiva, brindando las facilidades e incentivos necesarios para que se logre el éxito.

Está por demás afirmar que el Perú tiene el potencial para lograr grandes hazañas deportivas, solo falta la voluntad y la determinación para convertir ese potencial en una realidad tangible. Hasta que la política deportiva no mejore y tenga un impacto positivo real, tendremos que conformarnos con los pocos logros que los deportistas logran bajo sus propios recursos y oportunidades.

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